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Voluntad propia


La explosión de la bomba apareció brillante en el cielo como un nuevo y gigantesco sol. No había tiempo de gritar, asustarse o siquiera moverse. Y al final lo hizo. Contra todo lo que había planeado él mismo, lo hizo. Lo construí, lo programé desde el principio de su vida ¿Qué más quedaba? Supongo que he sido el primer y último ingeniero en construir un robot con voluntad propia.

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